AL FINAL DEL DÍA
Ayer jugamos como niños
aquellos llamados raros,
nos perdimos con el tiempo y olvidamos de todo por un instante,
Dile al tiempo que no se detenga
que gracias a él aprendimos que no siempre se gana.
Miré el pasado, no me reconocí,
miré al presente y no me vi.
Miro en el futuro, sonrío aunque con tubulencias,
porque el camino del albedrío no es permanente
Ponte esta minifalda y baila.
¿Si te preguntan cómo vas vestido?
Respóndeles con elegancia:
Iba como se hubiese vestido tu abuela
tu madre, tu hermana
tu prima, tu hijo, tu sobrina
tu esposo con mi edad estaba vestido
como se me diera la gana.
Borrando las lágrimas
aquellas que un día derramé,
hoy se convierten en motivación.
Hoy aquellas las luzco con orgullo
porque ya no lloro por nadie,
sino por mi.
No tapes tus heridas permanentes,
esas que un día increparon y no se escucharon.
Por todas las que fueron molidas y evadidas,
hoy me visto con su ropa
para que todas seamos existidas,
Qué más da si soy afeminado o lo que veas.
No maquilles tu incomodidad,
no maquilles esos recuerdos.
Sal a la calle, es la prueba que existimos
no escondas estos momentos de desdén.
Que sepas que no importas, pero sácalo partido.
Enséñales las cicatrices que causaron.
Enséñales tus moretones en valor de corrección.
Grítales hasta que se queden sordos.
Vidas silenciadas en tiempos ajenos
bohemias vistas como papel de baño.
Almas destrozadas por injurias y calumnias.
Los domingos que, solo me dice el sacerdote
cambiate niño, estás muy amanerado.
Que la lluvia caiga suavemente sobre los solteros,
casados que de día nos niegan
de noche somos sus deseos,
trayendo consigo la esperanza de un amor,
verdadero y la compañía de tiempos afines.
Que cada momento recuerden
lo que hacen en nuestras vidas.
Que vuestra conciencia sea la que os asfixia
por discursos ojerizas.
Que cada gota
sea un recordatorio, que el amor es respetado
y sin explicaciones a nada.
Que la lluvia les brinde paz
y serenidad en sus corazones sin empatía.
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Excelente
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