SEVERINO ENDJE MOLIKO
Dile al tiempo que no se detenga,
que gracias a él aprendimos que no siempre se gana.
Miré el pasado, no me reconocí
miré al presente y no me ví.
Miro en el futuro, sonreí aunque con tubulencias,
Por que el camino de albedrío no es permanente
ponte esta minifalda y baila.
¿Sí te preguntan cómo vas vestido?
Respondeles con elegancia.
Iba como se hubiese vestido tu abuela
tu madre, tu hermana,
tu prima tu hijo tu sobrina
tu esposo con mi edad estaba vestido,
como se me diera la gana.
Borrando las lágrimas,
aquellas que un día derramé
hoy se convierten en motivación,
hoy aquellas las luzco con orgullo
porque ya no lloro por nadie,
si no por mi.
No tapes tus heridas permanentes,
Esas que un día increparon y no se escuchó;
por todas que fueron molidas y evadidas,
hoy me visto con su ropa
para que todas seamos existidas
qué más da si soy afeminado o lo que veas.
No maquilles tú incomodidad,
no maquilles esos recuerdos,
sal a la calle es la prueba que existimos
no escondas estos momentos de desden;
sepa que no importas, pero sácalo partido.
enséñales las cicatrices que causaron
enséñales tus moretones en valor de corrección.
grítales hasta que se queden sordos
vidas silenciadas en tiempos ajenos,
bohemias vistas como papel de baño.
Almas destrozadas por injurias y calumnias.
Los domingos que solo me dice el sacerdote,
cambiate niño estás muy amanerado.
Que la lluvia caiga suavemente sobre los solteros,
casados que de día nos niegan,
de noche somos sus deseos
trayendo consigo la esperanza de un amor,
verdadero y la compañía de tiempos afines.
Que cada momento recuerden
lo que hacen en nuestras vidas.
Que vuestra conciencia sea la que os asfixia
por discursos ojerizas.
Que cada gota,
sea un recordatorio que el amor es respetado
y sin explicaciones a nada.
Que la lluvia les brinde paz
serenidad en sus corazones sin empatía.
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