“El miedo no tiene poder, si no te sometes a él”
Desde entonces no había vuelto a ver a su madre hasta que, siete años después regresando de la escuela, su tía Mariana le transmitió la noticia como si no fuera nada y dijo: “Acaban de llamar en el pueblo que tú madre acaba de fallecer. Pero no te preocupes por eso simplemente llegó su día y tú debes olvidarte de todo modos, ella no te amaba, nunca supo ocuparse de tí. No quiero escucharte llorar en esta casa por ella.” A Juana no le quedaba de otra que cerrar su boca y no derramar ninguna lágrima por su madre. Cuando estaba fuera de la casa ella se lo permitía, lloraba tanto con el pensamiento de no poder ver a su madre algún día. Ella se fue, ella no volverá, y está condenada a estar con su tía Mariana toda su vida, pensaba. Cada vez que volvía a casa su sobrina Princesa acusaba a Juana de haber estado llorando a su madre en la escuela para que al final la pegaran .
En la casa era así, todo los días, la sobrina Princesa mintiendo para que peguen a Juana. En casa como en clase, a nadie le importaba su estado, nadie prestaba atención a Juana siempre estaba sola. No hablaba con nadie, siempre estaba cerrada. Con el tiempo empezó a pensar que si hiciera algo malo por fin hablarían de ella y cuestionaron su acto. Empezó a robar cositas, dinero, 100 frcs primero, objetos, para que noten que era ella. Nunca lo escondía dónde nadie podría ver.Pensó al principio que así atraería la atención, pero era en vano. Lo único que hacían su primos eran palizarla aunque no hiciera nada. La pegaban porque pensaba que les mentía. Para salvarse, después de un tiempo, se dieron cuenta que había dejado de robar y que la que seguía era Princesa para que echen la culpa a Juana. En el momento que lo supieron era demasiado tarde. Juana había decidido escapar de casa con sus ropas.
Fue a esconderse donde su compañera de clase a quién explicaba todo lo que sufría en casa con su tía Mariana, sus primos, y su sobrina princesa… Su compañera de clase llamada Angela, no vivía sola en su casa, tenía tres otras hermanas y su padre. Ellas eran huérfanas de madre. Cuando llegó a la casa de su compañera se puso de rodillas suplicando que la dejaran entrar en la casa porque no sabía dónde ir y no podía volver a casa. Si volvieran a casa solo saldría su cadáver, se exclamaba Juana. Las hermanas mayor de su compañera de clase la dejaron entrar, le dieron de comer, le ofrecieron un baño y luego que descansara un poco. Después del descanso, la chica más mayor llamada Andrea vino hablar con Juana y pedirle que le explicara bien lo que estaba pasando y por qué huía de casa, porqué no podía volver ahí. Juana comienza a relatar lo que estaba pasando en casa. Explica que la razón por la cual ella escapó fue porque la culpan de haber robado una cantidad de dinero que no sabía nada de su existencia y que es como si estaban planeando matarla ese día. La chica mayor escuchando bien y lamentando lo que estaba pasando con Juana, le respondió que no podía hacer nada por ella, no podía quedarse a dormir esta noche en su casa porque viven con su padre y a él no le gustaría venir encontrarla aquí en casa. Lo que podía hacer era llamar a uno de los primos de Juana para que pudiera hablar con ella. Pidió a Juana si tenía el contacto de algún primo entre sus primos, Juana respondió con miedo que no tenía ningún número pero sí tenía números de sus primos en su cuadernos. Desde ahí no añadió más nada Andrea.
La hora pasaba y ya era la hora de irse a clase con su compañera pero tenía miedo de irse ahí y que la encontraran. Andrea le dijo que no podía faltar a clase ese día porque tenían el examen final para entrar en la secundaria y Juana la escuchó. Se preparó junta con su compañera y se fueron a la escuela… Al llegar a la escuela, como lo temía Juana, la estaban buscando. Cuando la vieron, al instante empezó su prima Claudia a pegarla. Con la ayuda de una profesora, Juana fue salvada de la paliza. La profesora llevó a Juana al despacho del director junto con su prima Claudia. Frente a la mirada interrogativa del director, la profesora expone el caso que ha encontrado en la puerta del centro. Al escuchar el caso, el director, con un aire de ira le pregunta a Juana lo que estaba pasando y por qué su prima se puso a pegarla a la entrada del centro. Juana responde con los ojos llenos de lágrimas al director que ella escapó de casa porque la culpan de nuevo de algo que no sabe y esta vez hablan de una cantidad de dinero que ella no pensaba algún día coger porque no le serviría de nada. Explica que la amenazaron de que si no devolvía el dinero la iban a matar. Sorprendido por lo que acababa de decir Juana, el director mira a la prima Claudia y le pregunta lo que estaba pasando en casa. Claudia responde que Juana había escapado de casa hacía una semana con el dinero de su madre asegurándose de coger sus ropas con ella. El director hace llamar a la compañera de Juana y le pregunta cuándo llegó Juana a su casa. Ella responde que Juana llegó a su casa esta mañana a las 8. Con esta respuesta el director dijo a la prima de Juana que se fuera y volviera con su madre y con gente de la familia porque él iba a llamar a gendarmería por este caso. Mientras tanto Juana se irá a examinar, que cuando toque el recreo ya deben estar en el centro de nuevo…
Todo lo que estaba pasando no afectó a Juana al no poder examinar y le fue muy bien el examen. Cuando tocó el recreo, llamaron de nuevo a Juana al despacho del director. En el momento en que se levantó junta a la profesora llegando al despacho a la entrada su primo Perlis quiso ponerle la mano encima. La profesora la defendió y el golpe no llegó hacia Juana. Con un aire amenazador el director dijo que si volviera una persona a intentar poner la mano sobre Juana se encargaría de denunciarlo por agresión de menor. Una vez que se calmaron, el director hizo preguntas a la tía de Juana, del porqué piensa que se escapó Juana de casa. La tía Mariana respondió de la misma forma que su hija anteriormente diciendo que Juana escapó de casa hace una semana con su dinero. El director pregunta que si hace una semana que escapó Juana de casa y que Juana y Princesa asisten al mismo centro y la misma sala cómo y porqué no lo anunció antes. La tía sin saber qué responder delante de los gendarmes dice que no sabe. A la vez llama de nuevo a la compañera de Juana y vuelve hacer la misma pregunta al director: “Cuándo llegó Juana a su casa hoy?” Ángela responde : “Esta mañana a las 8”., Con esta respuesta los gendarmes no se molestan y piden a Ángela que regrese a su sala… A la sorpresa de todos llega la profesora de historia con la Princesa llorando diciendo que quiere decir algo, se calma y dice: “He estado haciendo que culpen a Juana de robo u otras cosas en casa. Juana no robó nada ella no sabe nada del dinero que se le acusa ahora lo robé yo, y lo perdí. Para evitar que me sospechen dije a mi abuela Mariana que vi a Juana con mucho dinero y no quería enseñarme de quién era el dinero y dónde lo robó…” Con esta confesión, toda la mentira que contaron a los gendarmes y al director se descubrió. Juana devastada se desmayó.
Cuando despertó ya estaba en el hospital con los gendarmes que preguntaron si se sentía bien y quería volver a casa. Cansada, Juana dijo: “Yo en esta casa no vuelvo, planearon mi muerte, y ahora que todo se descubrió quiero irme donde mi madre.” Sonriente añade “Espero ver a mi madre y que lo que me contaron no sea cierto.” Uno de los gendarmes llama a Claudia y dice que ella recoja toda sus cosas y que lo traiga aquí en el hospital, van a preparar un coche que la llevará al pueblo de su madre.Claudia estaba tan sorprendida que se quedó muda, solo obedeció. Cuando llegó la hora de irse, Juana pidió un pequeño favor. Quería poder ver a su amiga Ángela para agradecerle haber estado con ella. Después que Ángela y Juana hablaran, se despiden. Juana no quiso volver a ver a su tía, sus primos y Princesa por todo lo que le hicieron pasar estando ahí. En fin, cogieron la ruta del pueblo con los gendarmes. Claudia que conocía el lugar, a pesar de que llegaron muy tarde acercándose donde había luz, notaron a una mujer sentada en la entrada de la jefatura del pueblo. Los gendarmes se acercaron, se presentaron, y dijeron buscar la familia real Melly. Al oír eso, la mujer se levantó y se acercó llamando a Juana por su nombre. Se presentó como Teresa diciendo ser la hermana mayor de la madre de Juana. Después de haberlo dicho los gendarmes aseguraron que llegaría Juana a casa de su tía. No pudieron quedarse en el pueblo. En ningún momento Claudia salió del coche, ni para saludar. Cuando llegó el jefe del pueblo, hablaron con los gendarmes antes de que se fueran. Después, Juana no pudo contenerse y preguntó por su madre. Desafortunadamente nadie respondió. Sin embargo su tía Teresa le enseñó su cuarto para que descanse Juana, diciéndole que podrían hablar mejor en la mañana siguiente.
Cuando despierta el día siguiente, Juana encuentra a su tía Teresa con su abuelo Alexis, el jefe del pueblo hablando, discutiendo de cómo van anunciar la llegada de Juana. La llegada de la princesa al pueblo, la llegada de la última de la familia, la más pequeña de todos. Cuando la notaron, Juana se dirigió hacia ellos saludando a todos los presentes. Sentándose a la derecha de su abuelo le dicen: Estamos planeando hacer una fiesta por tí, por tu llegada. Ella se sintió muy emocionada pero todavía faltaba algo, le faltaba ver a su madre. En la tarde su tía la lleva al patio de su abuela antes de que fallezca y después del patio se da cuenta que había tumbas en una parte. Al acercarse su tía le enseña dónde su madre fue enterrada. Por primera vez ella lloró con todas sus fuerzas sin qué alguien le diga que no lo haga, sin que alguien le pegara por estar llorando su madre. Sintió un dolor enorme y un vacío inmenso, su tía Teresa le dejó llorando a su difunta madre y del no haber podido verla el día de su entierro… Desde el instante ella hizo un juramento.
AUTORA: Graciela.
EQUIPO DE TRABAJO: C.L.LORDE
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