Grupos culturales y minorías sexuales:

Matias Ngomo es un joven gay, bailarín y campeón del reciente festival de danza MOA'MBOKA en Bata. Tras haber superado las pruebas de selección local, se encuentra actualmente en el proceso de ingresar a la universidad. En esta entrevista, comparte su experiencia sobre lo que significa ser gay y bailarín, destacando cómo constantemente se le exige bailar 'como un verdadero hombre'.


Entrevista de MATIAS NGOMO


¿Como fue tu integración en los grupos culturales de bailes?

"Hoy sigo luchando por encontrar un espacio donde el arte sea reconocido con respeto, ante todo."

Mi integración fue complicada, ya que no conocía muchos grupos de baile y mi estilo no era muy apreciado en los ensayos. Sin embargo, con perseverancia y gracias a que mi forma de bailar fue reconocida como algo único dentro del grupo, logré destacar. Al principio sufrí todo tipo de bulling; no entendía por qué todo lo que hacía generaba burla o desprecio hacia mi persona.

Con el tiempo entendí los motivos y supe que eran estrategias para que abandonara el grupo sin más que exigir el porqué de las cosas. No fui muy consciente de que este trato estaba relacionado con conductas homofóbicas juveniles, desde la directiva hasta cualquier persona que formaba parte del grupo cultural de baile. Hoy sigo luchando por encontrar un espacio donde el arte sea reconocido con respeto, ante todo.

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¿De qué manera tu identidad artística influye en tu forma de bailar, y qué sientes cuando te entregas a esta pasión?

"Para mí es una forma de vivir, y mientras exista, disfrutaré desde mi alma al bailar en el exterior."

Para mí, el baile es un refugio en mi interior. Además de ser una forma de expresión, es como una terapia que me ayuda a sobrellevar los momentos difíciles de la vida y reparar daños psicológicos. Mientras no encuentre psicólogos que comprendan que personas como yo son su responsabilidad, al igual que el resto de los seres humanos, a veces resulta agotador acudir a una cita psicológica y que el médico no sepa preguntar sobre mi orientación sexual para poder entender cómo ayudarme con mis problemas. Todos asumen que en Guinea Ecuatorial solo existen personas heterosexuales y me atiende como tal. 

Mi conexión con esta pasión es inexplicable; no sé si algún día podré describirlo adecuadamente. Solo puedo decir que para mí es una forma de vivir, y mientras exista, disfrutaré desde mi alma al bailar en el exterior.

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¿Cómo se llama el primer grupo de baile que te integraste? Qué es lo más difícil ser artista como persona joven LGTBIAQ?

El grupo se llama "NEW DANCE". Lo más difícil al principio es aceptar que eres el completo desprecio del grupo. No importa si eres muy bueno y siempre puntual, solo haces bulto de falta personas que necesitan. Así, te conviertes en la burla diaria. Con el tiempo, empecé a normalizar que esta es la pura realidad si quiero estar allí. Casi nunca cuentan contigo y, la mayor parte del tiempo, incluso se apartan completamente de ti.

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¿Te echaron alguna vez de los grupos de baile solo por tener una orientación sexual diferente? ¿Cómo te llamaban?

"Muchos de mis amigos gais; debido al desprecio, dejaron de bailar, y otros prefirieron ir a Malabo"

Expresamente que me dijeran "vete de aquí", no lo hicieron, pero su estrategia era hacerme sentir como una mierda de persona, diciendo de todo menos palabras saludables. Esa fue la forma sutil de echarme, hasta que terminé abandonando el grupo. Y no solo este, sino también otros grupos. Muchos de mis amigos gais; debido al desprecio, dejaron de bailar, y otros prefirieron ir a Malabo, donde al menos hay un poco más de mente abierta en comparación con la ciudad de Bata.

A decir verdad, el nombre con el que me presenté como cualquier persona fue anulado y lo reemplazaron con motes desagradables como "puto maricon de mierda", "loco", "la chica", "enfermo", "trastornado".  Constantemente me exigían que me comportara "como debe ser un hombre". Si cambié mi forma de bailar era porque "no es de un hombre". Me criticaban por mi aspecto, que consideraban femenino. No estaban para formar un club de "maricas", sino de "hombres bailarines"

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¿Cuál fue es la relación con los integrantes de tus antiguos grupos y con el actual?

"Intentaba bailar "como un hombre de verdad", pero mi estilo auténtico era imposible de reprimir."

Hablando sobre la relación que se supone debería tener un grupo, mi experiencia con antiguos grupos fué desagradable. Tenía solo dos opciones: estar solo o tragar todo lo que les surja hacia mi persona. No podía tener amistad con ellos porque soy gay, y constantemente me decían que no los tocara, como si les fuera a contagiar algo. Cuando llevaban bebés, su mayor preocupación era que no me acercara a los menores. Peor aún, cualquier contacto verbal o físico lo tendría que lamentar.

Algunos decían estrictamente que si llevaban un bebé, debía mantener mi distancia y evitar cualquier conversación para prevenir una "influencia marica". Mi sola presencia intranquilizaba la "salud mental" del grupo, y nunca podía bailar con comodidad porque se reían de mí. Intentaba bailar "como un hombre de verdad", pero mi estilo auténtico era imposible de reprimir. Fue agotador ser juzgado negativamente todo el tiempo por mis compañeros. Ese concepto de "bailar como un hombre de verdad" solo existe en sus cabezas, y no era algo positivo para mí.

Actualmente, estoy en un nuevo grupo llamado FENIX. Afortunadamente, son diferentes. Noto un esfuerzo real por respetarme y considerarme tanto en las opiniones colectivas como individuales. Me hacen sentir como uno más del grupo, aunque sé que siempre habrá algunos en contra de mi forma de ser. Aun así, comparando con mis experiencias anteriores, puedo decir que estoy mucho mejor aquí.

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¿Cómo te sentiste al ser protagonista en el reciente festival urbano de baile 'MOA MBOKA' en Bata?

"Algunos espectadores no se centraban en mi talento artístico, sino que hacían comentarios como "por eso es gay" o "un hombre de verdad no bailaría así, como una mujer"."

Bueno me sentí muy bien, con la pasión de ganar. Algo que debo reconocer con honor al trabajo en equipo que hicimos para dicho festival. Fueron días muy duros con ensayos constantes, pero mi grupo teniamos claro que seríamos los ganadores. Contando conmigo y valorando mi talento como su mayor opción para ganar. Ellos saben lo que tienen y me respetan mucho por ello.

Sin embargo, hubo momentos incómodos debido a las miradas del público. Algunos espectadores no se centraban en mi talento artístico, sino que hacían comentarios como "por eso es gay" o "un hombre de verdad no bailaría así, como una mujer". El hecho de que me vieran bailar con tacones muy altos, dominando los movimientos y causando un gran impacto en el show, fue un escándalo para muchos, sobre todo para personas de mediana edad y algunos jóvenes. A pesar de eso, hubo un pequeño grupo al que le gustó, aunque no fueron muchos los que se alegraron.

"Soy un hombre de toda la vida, un hombre que viste tacones, un bailarín muy bueno, y soy un hombre gay que exige respeto como persona."

Después de la actuación, algunos se acercaron a mí, pero más que por mi talento, querían saber si realmente soy lo que dicen. Otros simplemente me miraban como si fuera una "perversión", un "maricon en tacones sin personalidad de un hombre de verdad". Para aclarar sus dudas, decidí responder con firmeza: soy un hombre de toda la vida, un hombre que viste tacones, un bailarín muy bueno, y soy un hombre gay que exige respeto como persona.



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